Conocimiento de las fuentes de sentimientos y
acciones
Muchas son las fuentes de nuestros sentimientos y acciones, pero
aquí seguimos la propuesta de Heller. Para esta autora, “sentir significa
estar implicado en algo” (Heller, 1989: 15). Como la misma autora lo plantea,
la afirmación parece una tautología, al menos mientras no sepamos el sentido de
“estar implicado en algo”. De muchos modos sabemos que estamos implicados en
algo, como cuando observo el avance de las nubes en el cielo azul, puedo
hacerlo porque pongo atención en ello, me implico. Lo mismo pasa cuando sólo
subrepticiamente veo esas nubes pasar. En el primer caso la implicación es
activa, en el segundo es más bien indirecta. Así que de muchos modos se da la
implicación: positiva, negativa, activa, reactiva, directa, indirecta. Sea el
modo que sea, estar implicado es estar de cuerpo entero o en parte, y sentir
algo, tener sentimientos que nos recorren y nos hacen estar de cuerpo presente
o poner al menos un poco de atención. En este sentido, la fuente de nuestros
sentimientos y acciones está ligado al tipo de relación o implicación que
tenemos con otras personas.
Esto es lo que permite a Inti decir: “además aquí es donde está
la fuente de nuestros sentimientos y acciones, porque es el lugar donde más
intimidad y cercanía tenemos con quienes viven con nosotros, estamos más
implicados y de ese modo desarrollamos sentimientos y actuamos con ellos”.
Discute las siguientes preguntas.
1.
¿Para querer a alguien
necesitas conocerlo, saber algo de esa persona?
2.
¿Se quiere a las
personas porque estamos implicados con ellas o hay que implicarse para
quererlas?
3.
¿Puedes querer a una
persona porque no la conoces y tienes ninguna implicación con ella?
4.
¿Tus amigos lo son
porque los conoces o porque los necesitas?
5.
¿Quieres a tu novia(o)
porque te has implicado con ella o te has implicado con ella para llegar a
quererla?
Llena la siguiente tabla. En el primer cuadro se enlistan
personas, lugares y cosas con las que tenemos mucha o poca implicación. En el
segundo se pide escribas el grado de implicación con las personas, lugares o
cosas. En el tercer cuadro debes escribir el tipo de sentimientos que generan
tales implicaciones y por qué esos sentimientos y no otros.
IV. Circunstancias
De modo ciertamente impreciso podemos definir la palabra circunstancia como
el lugar donde nos tocó vivir. En términos de definición, circunstancia es todo
los que nos rodea en tanto nosotros estamos parados. Por esta razón, Alberto
puede decir “Me parece…que la forma en que vivo, que se compone por el lugar
donde nací, y donde vivo ahora, los libros que leo, los programas de televisión
que veo, las redes sociales en internet donde participo, la escuela a la que
asisto, los alimentos que consumo, los amigos y la familia que tengo, todo ello
son mis circunstancias…”. El problema con nuestras circunstancias es saber si
deciden nuestra historia o nosotros podemos delimitarlas para hacer nuestra
historia. Para aclarar este problema debemos reparar en lo que ya había dicho
Ortega y Gasset “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me
salvo yo” (Ortega y Gasset, 2010: 77), y el modo de salvarme es “…buscar el
sentido de lo que nos rodea” (Ortega y Gasset, 2010: 78). En la medida en que
se vive con sentido lo que nos rodea, en esa medida tendemos a cambiarlo. De lo
contrario lo que nos rodea, la circunstancia, termina por hacerse algo natural
impidiendo nuestra salvación y la salvación o cambio de la misma circunstancia.
Vivir una vida plena es vivirla con sentido.
Llena la siguiente tabla. En la columna uno se enuncia varias
circunstancias que en alguna forma vivimos. En el cuadro dos se te pide
escribas el sentido que tiene para ti, lo que te dice, lo que te hace pensar.
En el tercer cuadro escribe si puedes cambiar esa circunstancia y las razones
para esto.
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