viernes, 28 de noviembre de 2014

ACEPTACION



Con origen en el término latino acceptatio, el concepto de aceptación hace referencia a la acción y efecto de aceptar. Este verbo, a su vez, está relacionado con aprobar, dar por bueno o recibir algo de forma voluntaria y sin oposición.

Aceptación puede ser utilizado como sinónimo de acepción, aunque en la actualidad el uso de este término se limita a los distintos significados que puede tener una palabra de acuerdo al contexto en que aparece.
En el ámbito del derecho, la aceptación es el acto o mediante el cual se asume una orden de pago que aparece contenida en un cheque o letra de cambio. Por otra parte, la aceptación de la herencia es el acto, ya sea expreso o táctico, por el cual el heredero asume los derechos, bienes y cargas de su herencia.
Pese a todas estas definiciones, la idea de aceptación aparece muy vinculada a la psicología y la autoayuda. En este sentido, el concepto refiere a que una persona aprenda a vivir con sus errores; es decir, que acepte su pasado. De esta manera, podrá encarar el futuro con una nueva perspectiva y aprovechar las oportunidades que brinda la vida.
Es en torno a esta idea de aceptación del pasado que gira gran parte de la problemática del ser humano, dado que de forma consciente o inconsciente, suele quedar atrapado en sus traumas infantiles, lo cual entorpece su desarrollo. Generalmente, cuando se habla de los trastornos graves de la niñez los temas que primero vienen a la mente son abusos sexuales y otros tipos de agresión física y psicológica, tales como los ataques por parte de un padre alcohólico a sus hijos.
Sin embargo, todas las vivencias dejan una huella en nuestro cerebro, y en la mayoría de los casos son las menos notorias las que más obstaculizan nuestra vida adulta. Haber nacido de la unión de dos personas que no se aman ni se respetan, que están juntas por interés material, puede condicionar la felicidad de un hijo; aunque no exista ningún tipo de agresión evidente por parte de sus padres, tener como primera referencia a una pareja infeliz influye negativamente en la propia experiencia sentimental.
Muchas personas se preguntan por qué sus vidas parecen vacías e insatisfactorias, y la respuesta está siempre en su interior, en su pasado; para hallarla, es necesario revisar todos los recuerdos, por insignificantes que parezcan a simple vista, y buscar, a través de ellos, otros que hayan ido perdiendo nitidez a lo largo de los años.
La aceptación también puede estar dirigida hacia otras personas, con un sentido similar: aceptar sus errores y sus equivocaciones, privilegiando lo bueno por sobre aquellas cuestiones que generan dolor. Se suele distinguir entre aceptar las ideas de otro y compartirlas: en el primer caso, no es necesario estar de acuerdo, aunque existe un límite marcado por la decencia y la moral; por otro lado, compartir indica claramente que se piensa del mismo modo.
Con respecto a esta última acepción, el término tolerancia suele tener un uso similar, y existe en torno a estos una fina capa muy negativa que normalmente se ignora. Sobre todo en temas relacionados con la sexualidad y la religión, la aceptación parece ser sinónimo de reprimir la agresión que provocan las diferencias para alcanzar una convivencia pacífica, opuesto a un verdadero entendimiento de la riqueza que representa la diversidad.
La aceptación incluso puede referirse a la aprobación física, cuando un sujeto tiene que aprender a aceptar su cuerpo tal y como es y evitar sentirse deprimido al respecto. Se conoce como dismorfofobia un trastorno que impide a un individuo mirarse a sí mismo con objetividad; en cambio, ve en primer plano sus defectos y los magnifica. Las consecuencias de esta enfermedad son muy variadas, aunque el miedo a salir a la calle y ser visto por otros suele ser un denominador común.




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